XV. Le Diable

“Y dijo el Señor a Satán: ¿De dónde vienes tú?

Y respondió Satán: He dado la vuelta por la tierra”.

Job 1:7; 2:2

Lucifer (del latín lux ‘luz’ y ferre ‘llevar’: ‘portador de luz’) es una forma poética de llamar al lucero,1​ haciendo referencia al brillo del planeta Venus al amanecer.

Surgió en la antigüedad debido a la ausencia de mecanismos para distinguir a simple vista al planeta Venus de las estrellas, ya que está entre las más luminosas del cielo, pero a diferencia de las estrellas, deambula sin rumbo fijo sin nunca alcanzar la cúspide. Las tradiciones daban respuesta a los interrogantes; Venus era un cuerpo celeste compitiendo entre estrellas, o bien, una estrella expulsada.

Este concepto se mantuvo en la astrología de la antigua Roma en la noción de la stella matutina (el ‘lucero del alba’).

En la tradición cristiana, Lucifer representa al ángel caído, ejemplo de belleza e inteligencia a quien la soberbia le hizo perder su posición en el cielo, transformándose en Satanás (Isaías 14). Esto se debe a la traducción de הֵילֵל בֶּן-שָׁחַר (Helel ben Sahar “el resplandeciente, hijo de la mañana” ) en Isaías 14:12.

En la mitología romana, el nombre Lucifer se utiliza como un equivalente al dios griego Fósforo, Eósforo (Έωσφόρος, lucero del amanecer), hermano de Héspero (Ἓσπερος, lucero del atardecer).6

Lucifer se personificaba como una figura masculina que portaba una antorcha y se decía que era hijo de Aurora y Cefalus ( Κέφαλος), padre de Ceyx”. A menudo se presentaba en la poesía como el presagio del amanecer.6

12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.

Isaías 14:12-14

El tarot considera que el Diablo representa al ser humano que está atado a los deseos materiales, los vicios y la materia. Suele representar el materialismo, la lujuria, la degradación y los excesos. Los dos demonios que están encadenados representan a la persona que está encadenada al mundo material incapaz de evolucionar espiritualmente.

Satán también llegó a considerarse un ser angelical que ejercía de fiscal en el cielo, cuya misión era acusar a los hombres por sus pecados ante Dios, ya que los sometía a tentaciones para exponer el pecado. En la mentalidad hebrea Satán también llegó a ser sinónimo de perdición, destrucción, malicia y búsqueda del mal por parte de los hombres.