June is when all starts.
3.6.24
De estos días, que podías ver tan atrás como 2016, vengo advirtiendo a todos. Crucé EE.UU. en este mes en el 2020… pero el daño ecológico es demasiado grande para siquiera pensar en repararle. Amé este país con mi alma, pero ahora desde la distancia, no puedo más que agradecer estar lejos.

Se nos advirtió, tanto en sueños como en la vida real, que Sodoma y Gomorra no serían salvadas y que los que pudieran ver, pues tenían que irse cuanto antes de Babilonia.
No hay advertencia de no mirar atrás, tampoco hay dios que arregle el aire o detenga el sol, pero sí hay un límite a los pecados del hombre, y este verano es el verano de mis sueños y de lo que nos espera: El Gran Calor y La Tormenta.
Eso le dije a Rachel la última vez que le vi: “la vida está esencialmente hecha de consecuencias”. No pude ser más claro con todos ellos, el resto, fue solo un largo viaje de despedida. Les amaba, pero no lo suficiente para quedarme a morir con ellos.
Ahora, ninguno de mis amigos del norte tiene donde ir, siempre fueron el país donde todos querían ir, no del que todos se van… pero así es el tema de las consecuencias.

El gran Calor y la gran tormenta. Será uno o la combinación de ambas, las que serán la base del “evento”: un cataclismo primero climático, luego económico y finalmente social que afectará a una gran ciudad este verano en el hemisferio norte. Probablemente EE.UU., el Caribe o México.

Mi apuesta es con la tormenta entre NY y Texas para los primeros días de agosto. Los ritos ya están hechos y todo se ha cumplido para que sea un Cat 7 o más. Es tiempo de que la vida y los animales impartan su justicia en forma de lluvias y calor extremos.
“Cat 7” es el mantra de los que están vivos este verano.
V.